Michael Jackson's Moonwalker

Mientras tanto Michael Jackson, protagonista del videojuego, triunfaba en las listas de éxitos de medio mundo con los últimos singles de su segundo trabajo, Bad, y el reciente estreno de su primera película del mismo nombre que el juego siendo aclamado por muchos como el rey del pop.
Quince años después, Sega ha dejado de fabricar hardware de entretenimiento y ha pasado a ser una "third party" de segundo orden navegando en un mar de dudas y con la mitad de sus sagas al límite de la extenuación. Mientras, sus fans, se encuentran repartidos entre las diferentes plataformas intentando encontrar una nueva compañía que llene el hueco que dejo la extinta Dreamcast. Michael, por su parte, se encuentra inmerso en varios procesos judiciales que han acabado con su reputación e imagen pública y según se asegura por parte de algunos medios de comunicación, sus cuentas están al borde de la bancarrota.
Afortunadamente el tiempo no pasa igual para todos, y mientras la compañía desarrolladora y el protagonista de Moonwalker han bajado bastantes enteros, el videojuego ha envejecido con cierta dignidad y aún hoy en día está perfectamente capacitado para proporcionar buenos ratos de diversión.
Moonkwalker es un Beat'em'up bastante sencillo en el que asumimos el rol del cantante y bailarín Michael Jackson que tendrá que recorrer los seis niveles de que consta el juego liberando a una serie de jovencitas que se hayan cautivas. Conforme se vaya avanzando en el juego el número de jovencitas a liberar en cada fase irá en aumento, y, los lugares donde éstas se hallan serán menos accesibles o estarán más protegidos. La mecánica de juego permanecerá inalterable fase tras fase, y tras cumplir el objetivo de liberar a las rehenes hará acto de presencia Bubbles, el chimpance de Michael, que, como buena mascota, le ayudará guiándole hasta el jefe final, al que habrá que derrotar para pasar a la siguiente fase.
El título cuenta con un único modo de juego aunque, como todo buen arcade, permite la posibilidad de ser jugado de forma alternativa por dos personas relevándose en el control de juego cuando el jugador pierde una de las vidas. La única diferencia entre ambos jugadores será el color del atuendo que luzca su personaje, aunque los movimientos y magias serán los mismos.
Como era tradicional en la época no hay posibilidad de grabar la partida, de hecho ni siquiera existe la posibilidad de introducir contraseñas que lleven al jugador a un determinado capítulo, lo cual casi que se agradece ya que estamos ante un título sustancialmente corto -debido en parte a su mediana dificultad- el cual es posible terminar en algo menos de dos horas. En cualquier caso el juego permite continuar la partida hasta en dos ocasiones utilizando un sistema de créditos a imagen y semejanza del juego en recreativa, aunque sólo algunos de los jefes finales son lo suficientemente duros como para forzarnos a utilizarlos.
Como era de esperar en un título de
estas características el peso del apartado técnico del juego recae
principalmente en su apartado sonoro, que ha sido cuidado al máximo para
el lucimiento de su protagonista.
El juego incluye cinco de las más famosas melodías interpretadas por Michael Jackson: Another Part of Me, Bad, Beat It, Billie Jean, y Smooth Criminal, de hecho el inicio del juego está inspirado en el videoclip promocional de este último. En cada uno de los niveles del juego escucharemos de fondo una de las melodías que se repetira en bucles medianamente largos para acompañarnos sin descanso sea cual sea el tiempo que tardemos en completarlo. La calidad de las melodías es bastante alta a pesar de que por las limitaciones propias de la consola no son cantadas sino simples midis.
Los efectos de sonido a pesar de no estar a la altura de las melodías son bastante correctos y cumplen con su cometido, de entre todos ellos destaca sin duda el grito típico de Michael, que en el juego aparece sorprendentemente denominado como Aaow!, y que ha sido bien reproducido para la ocasión, aunque a excepción de los fans del cantante lo más probable es que al cabo de unos minutos de juego se termine aborreciendo. El juego cuenta también con algunos efectos de sonido en forma de voces, generalmente de las niñas que el protagonista rescata que lo agradecen al grito de ¡Michael!
Los escenarios del juego reproducen localizaciones tan dispares como un club nocturno, un parking, un cementerio o una caverna. Estos son bastante verosímiles aunque se encuentran vacíos de detalles que le den algo más de vida. El modelado de los personajes sufre bastantes altibajos, estando recreado Michael Jackson casi a la perfección mientras los enemigos y el resto de personajes secundarios no pasan de normales. Además, las animaciones del protagonista están bastante cuidadas haciendo que sus movimientos parezcan casi reales, sobre todo en algunos pequeños pasos de baile que aparecen en momentos concretos como cuando se usa alguna de las magias, de todas formas esto era algo previsible sobre todo si se tiene en cuenta el especial interés de los programadores en la representación del protagonista del juego. El empleo de la paleta de colores por parte de los programadores de Sega resulta bastante apropiado, dotando al juego de un aspecto medianamente sombrío pero con colores brillantes a semejanza de la estética vista en el videoclip antes comentado.
El control del juego es bastante sencillo aunque no está muy bien implementado. Manejar a Michael por los escenarios es bastante sencillo respondiendo el pad de la consola a la perfección, sin embargo el problema surge cuando queremos hacer bajar a nuestro personaje por una rampa o escalera, y es que la forma que se tenía en aquella época de dar cierta sensación de profundidad en los juegos va en detrimento del control. En cada ocasión que queramos descender de planta, sobre todo en las primeras fases, nos encontraremos con que Michael pasa de largo la escalera o la baja cuando no debería hacerlo, algo similar a lo que ocurría en otros videojuegos como Robocop sin ir más lejos.
En total se utilizan tres botones para controlar los movimientos de Michael configurables desde el menú de opciones. Con el primero de ellos atacaremos realizando una patada o puñetazo en función de si el personaje se encuentra con los pies en el suelo o dando un salto -movimiento que se ejecuta con el segundo botón-. El último de los botones se emplea para ejecutar alguna de las tres magias del personaje: Pulsando el botón Michael dará la vuelta sobre si mismo noqueando a cualquier enemigo con el que se tope en su movimiento; dejando pulsado durante un segundo el botón Michael lanzará su sombrero en un movimiento de boomerang que eliminará a todo aquel enemigo que se interponga en su trayectoria; por último, si se deja pulsado durante más de tres segundos, todos los enemigos que estén en pantalla en ese momento empezarán a bailar al ritmo de Michael quedando fuera de combate al acabar tal baile. Como suele ocurrir en estos casos cualquiera de las tres magias consume una parte de la barra de energía del jugador.
Una vez comentados todos los aspectos del juego podría decirse a modo y manera de conclusión que Michael Jackson's Moonwalker es un juego bastante entretenido y facilón que enganchará desde el primer momento pero que acabará haciéndose corto, o algo tedioso debido a su repetitiva mecánica de juego.
Moonwalker es un juego con un excelente apartado sonoro que gustará no sólo a los fans de Michael Jackson sino también a todos aquellos que gusten de contar con buenas y pegadizas melodías mientras juegan con un título muy arcade aunque algo previsible, una buena ocasión de rememorar tiempos mejores tanto para el cantante como para la compañía nipona.
El juego incluye cinco de las más famosas melodías interpretadas por Michael Jackson: Another Part of Me, Bad, Beat It, Billie Jean, y Smooth Criminal, de hecho el inicio del juego está inspirado en el videoclip promocional de este último. En cada uno de los niveles del juego escucharemos de fondo una de las melodías que se repetira en bucles medianamente largos para acompañarnos sin descanso sea cual sea el tiempo que tardemos en completarlo. La calidad de las melodías es bastante alta a pesar de que por las limitaciones propias de la consola no son cantadas sino simples midis.
Los efectos de sonido a pesar de no estar a la altura de las melodías son bastante correctos y cumplen con su cometido, de entre todos ellos destaca sin duda el grito típico de Michael, que en el juego aparece sorprendentemente denominado como Aaow!, y que ha sido bien reproducido para la ocasión, aunque a excepción de los fans del cantante lo más probable es que al cabo de unos minutos de juego se termine aborreciendo. El juego cuenta también con algunos efectos de sonido en forma de voces, generalmente de las niñas que el protagonista rescata que lo agradecen al grito de ¡Michael!
Los escenarios del juego reproducen localizaciones tan dispares como un club nocturno, un parking, un cementerio o una caverna. Estos son bastante verosímiles aunque se encuentran vacíos de detalles que le den algo más de vida. El modelado de los personajes sufre bastantes altibajos, estando recreado Michael Jackson casi a la perfección mientras los enemigos y el resto de personajes secundarios no pasan de normales. Además, las animaciones del protagonista están bastante cuidadas haciendo que sus movimientos parezcan casi reales, sobre todo en algunos pequeños pasos de baile que aparecen en momentos concretos como cuando se usa alguna de las magias, de todas formas esto era algo previsible sobre todo si se tiene en cuenta el especial interés de los programadores en la representación del protagonista del juego. El empleo de la paleta de colores por parte de los programadores de Sega resulta bastante apropiado, dotando al juego de un aspecto medianamente sombrío pero con colores brillantes a semejanza de la estética vista en el videoclip antes comentado.
El control del juego es bastante sencillo aunque no está muy bien implementado. Manejar a Michael por los escenarios es bastante sencillo respondiendo el pad de la consola a la perfección, sin embargo el problema surge cuando queremos hacer bajar a nuestro personaje por una rampa o escalera, y es que la forma que se tenía en aquella época de dar cierta sensación de profundidad en los juegos va en detrimento del control. En cada ocasión que queramos descender de planta, sobre todo en las primeras fases, nos encontraremos con que Michael pasa de largo la escalera o la baja cuando no debería hacerlo, algo similar a lo que ocurría en otros videojuegos como Robocop sin ir más lejos.
En total se utilizan tres botones para controlar los movimientos de Michael configurables desde el menú de opciones. Con el primero de ellos atacaremos realizando una patada o puñetazo en función de si el personaje se encuentra con los pies en el suelo o dando un salto -movimiento que se ejecuta con el segundo botón-. El último de los botones se emplea para ejecutar alguna de las tres magias del personaje: Pulsando el botón Michael dará la vuelta sobre si mismo noqueando a cualquier enemigo con el que se tope en su movimiento; dejando pulsado durante un segundo el botón Michael lanzará su sombrero en un movimiento de boomerang que eliminará a todo aquel enemigo que se interponga en su trayectoria; por último, si se deja pulsado durante más de tres segundos, todos los enemigos que estén en pantalla en ese momento empezarán a bailar al ritmo de Michael quedando fuera de combate al acabar tal baile. Como suele ocurrir en estos casos cualquiera de las tres magias consume una parte de la barra de energía del jugador.
Una vez comentados todos los aspectos del juego podría decirse a modo y manera de conclusión que Michael Jackson's Moonwalker es un juego bastante entretenido y facilón que enganchará desde el primer momento pero que acabará haciéndose corto, o algo tedioso debido a su repetitiva mecánica de juego.
Moonwalker es un juego con un excelente apartado sonoro que gustará no sólo a los fans de Michael Jackson sino también a todos aquellos que gusten de contar con buenas y pegadizas melodías mientras juegan con un título muy arcade aunque algo previsible, una buena ocasión de rememorar tiempos mejores tanto para el cantante como para la compañía nipona.
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